
Dicen que hace frío… pero yo no lo siento.
Estamos en una iglesia. El perfume de las flores se confunde con el incienso. A lo lejos, los chicos juegan y ríen; despacito, como pidiendo permiso. Cerca, un bebé llora. Vinieron todos. No falta nadie.
Siempre me gustó el aroma a incienso y la paz de los lugares sagrados. El órgano empieza a sonar y la música los envuelve, los transporta. Con las primeras palabras del cura estallan algunos sollozos. ¡Es tan raro!
Dicen que estoy muerta...
Texto: Laura Ramírez Vides
yo no quiero entierro. cenizas en mi futuro, mucho viento que las esparza y niente piu.
ResponderEliminaryo creo que también porque me da mucha impresión el tema de los gusanos...
ResponderEliminarel entierro ata a los que te quieren e un contrato de prepoo...no quiero eso...cenizas...a full para mi
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