martes, 25 de febrero de 2014

No creo...


No creo que exista demasiado para hablar. El lenguaje es una ilusión: un espejo o un espanto. Un espejo, un reflejo, una mueca o una distorsión. ¿Realidad o fantasía? Pero te vi. Saliendo de aquella tienda, como si hubieses asesinado a alguien: pero nunca pude descubrir cuál era (es) tu arma favorita. El horror se leía en tu cara, la fascinación en tus ojos. Me miraste fijamente (tan solo unos segundos) y lo supe en ese mismo instante en que me contagiaste esta extraña sensación que me acompaña desde entonces.
—Dr. Sivak. O debería llamarlo Sr. Glass: ¿Cuál es el espacio, esta sensación que está fuera de todo parámetro? Si no puede no me conteste ahora… pero ¿Cuál es su arma favorita?
Respiró hondo, hizo algunas anotaciones -que incluían la receta de una nueva droga experimental- y sin siquiera levantar la vista me recordó que ya era la hora. Me acompañó a la puerta (como siempre), fríamente nos saludamos hasta la semana siguiente (como siempre) y salí a la calle con mi extraña sensación (como desde ese día).
Y cada vez que pienso en un gato –droga ¿experimental?-, pienso en un asesino (o en un asesinato). Despacio, tenue: casi imperceptible. La boca, las garras: Sr. Glass, perdón Dr. Glass: fríamente: cada vez: todo se vuelve imperceptible: sus palabras. Estoy aquí para que todo sea suficiente.
Voy a la dirección señalada; lugar extraño en medio de la ciudad, pasillo al fondo, bien al fondo, timbre que da idea de electrocutarte al tocarlo, señorita-secretaria-recepcionista que con la misma actitud fría que acompaña a todo este proceso me entrega las experimentales pastillas. Las había imaginado de colores; en vez, son grises. Todo se vuelve enorme: los gestos, la sexualidad, la comida. Pero sobre todo las pastillas. No hay colores: solamente el blanco y negro, como si estuviésemos mirando (siendo parte)-(d)el primer arribo humano a la luna: Un gran paso para la humanidad… con un inesperado impacto en mi cuerpo, ¿o será en mi cerebro? En realidad no sé qué esperaba si es que acaso esperaba algo. De todas formas me tomó por sorpresa. No creo que exista: demasiado para hablar.

Publicado en el Onirógrafo el 12 de abril de 2009:  http://elonirografo.blogspot.com.ar/2009/04/no-creo-laura-ramirez-y-fabian-san.html  
Texto: Laura Ramírez Vides - Fabián San Miguel 
Fotografía: Laura Ramírez Vides